La Torre de Babel representa el paradigma de la división y
la confusión. Es el prototipo de sociedad que acaba entrando en un proceso de
desintegración y desunión, y que se manifiesta por la falta de entendimiento (hablar
distintas lenguas), la desarmonía y la confrontación social.
Hoy estamos en una situación donde la división social es
importante (aunque siempre lo ha sido) a nivel político y social en gran parte
del mundo. Siempre ha habido bandos, pero después de años de una mayor
estabilidad y equilibrio nos encontramos en un momento de mayor crispación
política, medioambiental, bélica y religiosa.
Lo que quiero destacar aquí es la tendencia que tiene el ser
humano a dividir, separar, a anteponer lo propio a lo colectivo, a destacar lo
que diferencia más que lo que une. Siendo ésta una de las principales causas de
conflictos, desgracias y desastres que han azotado y asolado a la humanidad
desde el comienzo de los tiempos.
Y nos cuesta aprender; al menos, a una gran mayoría de habitantes
de este planeta. Ver como esto se repite una y otra vez me produce cansancio y
hastío. Estoy cansado de la infinidad de “babeles” que hay por doquier cuando
amo la paz y el entendimiento, y creo que es posible alcanzarlo.
Las diferencias son normales e inevitables. Se pueden ver
como riquezas siempre que se sepan vivir, o pueden ser grandes problemas si no
se viven bien.
¿A qué diferencias me refiero? En todos los órdenes y
ámbitos de la vida hay diferencias y divisiones. Algunos ejemplos:
Fronteras. Las fronteras dividen, separan, generan
sentimientos identitarios que pueden excluir e incluso repudiar al que no está
entre nuestros compatriotas. Guerras, exterminios y explotaciones de unos
pueblos a otros son ejemplo de este tipo de división.
Los credos y las religiones. También pueden separar. Cuando
se vive la religión propia como la verdadera y única y todo lo demás como malo
y negativo, mal vamos. Las guerras y luchas religiosas han destrozado millones
de vidas a lo largo de la historia. En nombre de un determinado dios
supuestamente verdadero y único se ha masacrado a multitud de inocentes.
Ideas e ideologías. Los que piensan como yo son los que
valen. Los que piensan de distinta manera, son enemigos. Esta es otra
diferencia que ha generado y sigue generando luchas y conflictos interminables entre
los humanos. Capitalismo vs comunismo. Derechas contra izquierdas.
Etnias y razas. Quien tiene un color de piel distinto al mío
¿es peligroso para mí?, ¿es menos que yo? ¿tiene menos derechos que yo? ¿me
daña su presencia? ¿vale menos que yo? La distinción por la piel o las
características físicas o corporales provoca divisiones y conflictos en el
mundo desde que el mundo es mundo.
Culturas y pueblos. Lo mejor es mi cultura. Lo que viven los
otros está atrasado, no es entendible, es raro o extraño. Y a veces se llega a
la conclusión de que hay que eliminarlo. Lo occidental frente a lo oriental. Las
tradiciones de los países del norte respecto a los países del sur. La supuestamente
“civilizado” frente a los salvajes, etc, etc. En definitiva, mi identidad cultural
frente a la de otros pueblos. El etnocentrismo que ha arrasado a pueblos
indígenas en todos los continentes.
Sexo. La de desprecios, marginaciones y abusos que ha habido
a lo largo de la historia por ser mujer, por haber nacido así. Hablamos de
diferentes formas de misoginia y explotación de la mujer entre otros males.
Edad. Lo joven frente a lo viejo. El desprecio a los
ancianos, el desprecio a la pérdida de juventud. Son problemas de nuestra civilización
actual en lo que denominan edadismo.
Ricos y pobres. Los que tienen más frente a los que tienen
menos. La diferenciación por clases sociales, el desprecio y marginación de los
pobres por los ricos.
Incluso en el deporte se vive la división. Defiendo hasta la
muerte a mi equipo, desdeño y rechazo a los del otro equipo.
Etc…
Hemos antepuesto lo propio, lo nuestro, nuestra
singularidad, nuestra visión de la vida y del mundo, a lo que une a toda la
humanidad. Esto hace que todo esté trastocado, al revés.
Me parece importante empezar por el comienzo y recordar permanentemente
lo que nos une:
“Soy un ser humano que vive en un planeta
llamado Tierra, en un momento y en un tiempo determinado de la historia humana.
Ciudadano del mundo, mi patria es el mundo. Aunque vivo en un lugar concreto
del planeta, en un determinado entorno.
Necesito
respirar, comer, dormir, moverme, estar sano y vivo.
Tengo
corazón, siento y padezco. Sufro y disfruto. Vivo satisfacciones y placeres, pero
también insatisfacciones y frustraciones.
Pienso,
puedo reflexionar y razonar.
Necesito comunicarme
con otros. Necesito de los otros para vivir, no soy autosuficiente. Necesito su
contacto, oírlos, verlos, sentirlos. Necesito su apoyo, su cariño y comprensión,
ser aceptado y valorado.
Desde el comienzo
de mi vida he necesitado ayuda. A lo largo de toda mi vida necesito ayuda para
muchísimas cosas. Sin los demás no podría realizarme y, ni siquiera, subsistir.
Tengo
capacidades y límites, virtudes y defectos. Capacidades y virtudes que puedo
desarrollar, límites y defectos que puedo aceptar y aprender a reducir.
Creo en la
Vida, creo en lo que da sentido a mi vida.
Tengo
sueños, aspiro a mejorar, deseo aprender y progresar.
Busco ser
feliz”.
No creo que haya nadie que no se identifique con esto. Es la
esencia de ser humano. Así somos todos los seres humanos. Todo esto nos une. Lo
demás viene a posteriori o es secundario. Si esta conciencia de formar parte de
UNA ÚNICA HUMANIDAD está bien asentada, vivenciada, asimilada e integrada en lo
más íntimo de nuestra persona, las diferencias nunca llegan a ser una cuestión
que genere problemas y división. Nuestras diferencias, entonces, pueden ser un
enriquecimiento.
Por tanto, es capital que todos los seres humanos aprendamos
a reforzar y fortalecer lo que nos une. Y volver una y otra vez a ello en las
escuelas, en las familias, en las instituciones, como un auténtico credo
colectivo, porque solo desde esa identidad de seres humanos se puede vivir en
armonía la diversidad, la diferencia.
E invito a esta reflexión:
·
¿Qué experiencia personal tengo de valorar y
apreciar al que es diferente de mí?
·
¿Dónde se enraíza en mí el vivir negativamente
las diferencias?
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