martes, 7 de abril de 2020

Realmente, ¿todo está en el cerebro?

EL SISTEMA EXPLICATIVO PRH Y LAS NEUROCIENCIAS.

El sistema explicativo de PRH es  el conjunto  coherente y estructurado de elementos que definen la visión antropológica y psicológica del ser humano fruto de una investigación para su crecimiento. Una parte del sistema explicativo es lo que denominamos  la estructura de la personalidad, la cual observamos que está formada por cinco instancias o niveles.  Se las denomina instancias ya que presentan un funcionamiento autónomo unas de otras y a partir de ellas pueden surgir movimientos interiores y posteriormente acciones.  Estas instancias interactúan entre sí.

El libro “la Persona y su crecimiento” (PRH,1997), define Instancia como “una topología de la estructura psicológica de la persona. Las instancias corresponden a lugares específicos de donde emanan las motivaciones para la acción. La antropología PRH distingue cinco instancias: el ser, el yo-cerebral, el cuerpo, la sensibilidad y la conciencia profunda. 

Cada instancia puede funcionar como un centro autónomo, es decir, sin que haya forzosamente acuerdo con las otras instancias.” Esta es una clave explicativa fundamental para comprender, desde nuestra  antropología, muchos fenómenos propios del ser humano: incoherencias, contradicciones, conductas de las que nos arrepentimos, dudas, división interior, etc…  El ser humano no funciona con un único centro de gobierno de sus decisiones. Tiene  varios y cada uno tiene su lenguaje, pretensiones, necesidades y particularidades.

Este planteamiento antropológico y psicológico ha chocado con la ciencia moderna que considera que el único centro de decisión es el cerebro. El cerebro controla, decide y es en él donde se dan todas las interacciones posibles cognitivas  y emocionales. “Todo está en el cerebro”.  Es una afirmación muy conocida y utilizada a menudo.

Por suerte (e investigación), las neurociencias evolucionan.  Uno de los avances de las neurociencias ha consistido en descubrir neuronas y observar procesos neuronales en otras zonas del cuerpo humano  distintas a la zona cerebral. Se ha observado que en el sistema nervioso entérico (aparato digestivo en su conjunto, especialmente la zona abdominal) hay  más de 100 millones de neuronas y se podría decir que funciona como “un cerebro” , siendo denominado por algunos especialistas como cerebro entérico.

Algunas de las características de este sistema son:
  • Genera neurotransmisores: 95% de la serotonina  (llamada hormona del bienestar) de todo el organismo, 50% de dopamina (hormona del placer)  y 30  neurotransmisores más con influencia en el cerebro.
  • Regula funciones  digestivas, emocionales y cognitivas.  
  • Funciona independientemente del cerebro.
  • Las transmisiones que envía al cerebro están  en una proporción de 9 a 1 con respecto a las que recibe del mismo, es decir la influencia del sistema nerviosos entérico en el cerebro es muy superior a la que el cerebro tiene en éste.
  • Todo este sistema está relacionado con la sensación de felicidad y satisfacción profunda según señalan los investigadores del mismo.

Para más información,  leer “The Second Brain” del neurocientífico  americano Michael Gerson (1999).


Otro de los avances de la neurociencia es el estudio de llamado “cerebro del corazón”. Se ha observado que:
  • El corazón no es un simple músculo. Alrededor de 40.000 neuronas se encuentran alojadas en este músculo que tiene otras funciones aparte de la de bombear sangre al cuerpo y reciclarla.
  • Tiene una compleja red de neuronas.
  • Genera neurotransmisores.
  • Funciona independientemente del cerebro, aportando información al mismo.
  • Todo lo relacionado con el corazón tiene que ver con la búsqueda de equilibrio orgánico.
  • El corazón produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, que se conoce como hormona del amor.
  • Parece ser que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción autónomamente del cerebro. Puede aprender, recordar e incluso percibir.
  • El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.
  • Puede influir en la percepción de la realidad y en las reacciones.
  • El campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando se tiene miedo, frustración o estrés se vuelve caótico. 

      (Extractado de la entrevista en la Vanguardia a Anne Marquier el 14.3.2013).

Para ampliar información leer el libro de Anne Marquier: “el maestro del corazón” (2010).

Por decirlo todo, estas investigaciones no tienen el pleno beneplácito de toda la comunidad neurocientífica. Una parte de la misma  no le atribuye suficiente  validez ni credibilidad. Esperemos que se siga avanzando en este punto.      

Salvando las diferencias,  estas observaciones presentan coincidencias con las observaciones que PRH lleva realizando sobre el funcionamiento del ser humano y su crecimiento:
  • La sensibilidad es un centro autónomo situado en la zona del plexo solar. Está asociada a lo emocional. Busca el equilibrio. Se mueve en el registro de lo agradable-desagradable. La persona puede actuar desde sus emociones y sentimientos sin que el yo-cerebral controle o regule, al menos en parte,  esas manifestaciones.
  • El ser o yo-profundo, es una instancia que podemos localizar en el bajo vientre,  donde podemos percibir sensaciones de plenitud, felicidad, etc.. y cuando actuamos desde ese lugar tiene consecuencias positivas para el crecimiento de la persona. A este nivel  aparecen movimientos que sorprenden y que no controla la mente.
  • El yo-cerebral tiene el rol de comprender, decidir y movilizar las energías para la acción. Tiene la misión de gobernar la persona, pero puede hacerlo teniendo en cuenta a las otras realidades de la persona, o desconectado de la información y los movimientos que provienen de éstas. Igualmente puede suceder que haya acciones que se realizan sin su plena participación y sin su beneplácito, nacidas desde las otras instancias.


Para terminar, mi reconocimiento a PRH por la investigación sobre el ser humano y su crecimiento que lleva realizando desde 1970, y por su fidelidad a la máxima de André Rochais, Fundador de PRH: “mi maestro de pensamiento es la realidad”, aunque  estas observaciones no siempre hayan coincidido totalmente con la comunidad científica.

Luis Avilés

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